«Nosotros fuimos (Gambeta)» – El ocaso de los superhéroes – Teatro del Pueblo

«El mundo que conocíamos ya no existe, en un respiro. Al igual que nosotros, los héroes de nuestra infancia envejecieron y se fueron a buscar nuevos destinos, otras culturas, probablemente excusas para ocultar su decadencia. Un buen lugar podría ser tal vez San Miguel, en la provincia de Buenos Aires».

«Nosotros fuimos (Gambeta)» es una obra de teatro del dramaturgo Gustavo Sassi. Los distraídos pueden creer, en un paso superficial de vista, que esta es una parodia sobre los superhéroes. Incluso al inicio de la historia, cuando vemos a un Superman gordo despertar de su cama junto a un Batman envuelto en una alfombra, las risas nos harán sentir que estamos ante una comedia. Pero claro, hay muchas cosas que pasan bajo la máscara. 

Esta comedia dramática nos presenta el destino de viejas glorias que están viendo apagarse sus carreras. En una precaria vivienda improvisada en un taller (con portón de chapa y todo) vive Batman (Hernán Marquez), que trabaja de seguridad en un supermercado chino, y Robin (David Ledezma), el che pibe, al que todos maltratan y los pibes del barrio cagan a piedrazos. El joven maravilla vive un destino diferente de los otros, pero igualmente triste: no ha crecido, y su jovialidad y optimismo chocan con la realidad en la que han ido a parar.

No hace mucho, el dúo dinámico rescató a Superman (Fabián Caero) de la calle. Él está perdiendo sus poderes, sufre ataques de pánico y sueña con ser cantor de tangos. Los héroes  tienen sus típicos trajes desgastados y sucios, y los han remendado como les fue posible (Batman, por ejemplo, cambió sus clásicas botas por unas de lluvia).

Y mientras los vemos sobrevivir, aceptando changas, sabemos que ellos fueron más que esto. Supieron ser paladines de la justicia, admirados por todos y temidos por los malos. Sus uniformes alguna vez fueron brillantes y lustrosos, y aunque ahora hayan terminado viviendo en Buenos Aires, ¿quién les quita lo bailado? 

Batman, Superman y Robin sueñan con reformar «la Liga», pero los otros héroes se han retirado. Entonces reaparece Aquaman (Alejandro Marticorena), uno de los héroes de segunda línea, pero que actualmente es un garca al que le ha ido mucho mejor. Este personaje golpea la puerta metálica para traer noticias y, por supuesto, torcer el curso de la historia.

Como advertimos anteriormente, «Nosotros fuimos…» puede parecer una parodia a los superhéroes, pero en realidad es un recurso para hablar del paso del tiempo, de los sueños incumplidos, de jugársela por una segunda oportunidad (de ahí la «gambeta» del título). Dejando de lado las risas iniciales, la obra es emotiva, y aunque no vistamos una capa deshilachada, nos podemos encontrar en alguno de los personajes: Robin, el que vaga por la vida a donde lo mandan, Batman, el optimista que no pierde las esperanzas, Superman, el que no tiene fuerzas para luchar, y Aquaman, el que reniega de su pasado y no tiene problemas en usar a los demás. Completan el elenco de personajes la Sirena, la mujer usada, y Lucía, la mujer deseada (ambas interpretadas por Carolina Sturla).

Quizá uno de los más grandes logros de esta obra, dejando de lado el sólido guión y las excelentes actuaciones, sea la producción, tanto escenográfica como de vestuario. La historia transcurre siempre en el mismo escenario, con pocos (pero justos) elementos. Los trajes, aunque conservan el brillo de los colores primarios, están muy bien logrados, y tienen pequeños detalles que sintetizan la gloria que ya se fue: están un poco manchados, aprietan en algunos lugares y quedan unos talles más grandes en otros. El mérito, al ser una obra colaborativa, corre por cuenta tanto del equipo técnico como del elenco.

«Nosotros fuimos (Gambeta)» se presenta todos los domingos a las 20 hs en el prestigioso Teatro del Pueblo, Av. Roque Sáenz Peña 943, CABA. Las localidades están $60, y para jubilados y estudiantes $35. La capacidad de la sala es chica, por lo que recomendamos que hagan reservas al 4326-3606… pero solo a quienes se animen a ver el ocaso de sus héroes de la infancia.

Esta entrada fue publicada en Notas y reseñas, Teatro y etiquetada , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario